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El cloro (Cl2) es un gas tóxico utilizado habitualmente en la desinfección y esterilización debido a su alta reactividad como agente oxidante.
Aunque sigue siendo una de las formas más comunes de desinfección para evitar la propagación de enfermedades, el cloro gaseoso plantea riesgos para la salud y la seguridad, ya que reacciona con materiales inflamables y también ataca al sistema respiratorio, los ojos y la piel. Al ser más denso que el aire, el gas cloro puede acumularse en el fondo de espacios mal ventilados, por lo que es vital monitorear el aire que respiramos.
Monitorear los niveles de fondo del gas Cloro en el lugar de trabajo no es fácil, sin embargo Badger Meter es uno de los únicos fabricantes de sensores de gas en el mundo que puede hacer un sensor preciso para proteger al personal. El Cl2 se libera al aire durante el proceso de descontaminación, permanece cerca del suelo y se propaga rápidamente, por lo que un monitoreo cuidadoso para detectar y proteger es vital como parte de los Programas de Control de Calidad.
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