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Los edificios comerciales que requieren una gran cantidad de enfriamiento con frecuencia usan enfriadores de agua porque son efectivos y accesibles. Las aplicaciones de agua enfriada conllevan medir el flujo de agua enfriada y la temperatura de suministro/retorno, preparar los enfriadores y llevar a cabo la medición/submedición de BTU. Los medidores de flujo ayudan a mejorar la eficiencia del sistema, limitan la frecuencia con la que este se ejecuta y reducen los costos operativos.
El sistema de agua enfriada enfría el agua a una temperatura entre 40 °F y 45 °F y, posteriormente, la bombea por medio de un circuito cerrado hacia el edificio y las unidades manejadoras de aire conectadas para proveer aire frío. Cuando la carga de un enfriador recae al 40% o menos, el operador de la planta de enfriadores o el ingeniero principal reducirá el funcionamiento del sistema y la cantidad de unidades en operación para aumentar la eficiencia y la carga. Si el enfriador está sobrecargado, su funcionamiento será deficiente y se dañará. Asimismo, cuando un enfriador alcance el 60% de la carga, los operadores aumentarán el funcionamiento del sistema y encenderán otro enfriador para reducir la carga del mismo.
Los medidores de flujo mejoran la eficiencia de los sistemas de agua enfriada existentes y limitan la frecuencia con la que funciona el equipo, lo que resulta en una reducción de los costos operativos que no afecta su operación.
Los gestores de las instalaciones, los ingenieros y otras partes interesadas clave tienen la importante responsabilidad de organizar los enfriadores de manera precisa, al igual que controlar y extender la eficiencia del sistema de agua enfriada. Asimismo, una obligación difícil es que deben encontrar medidores que midan el flujo con una precisión del 2% o mejor y diferenciales de temperatura mejores que 0.1 °F. Asimismo, los medidores deben convertir exitosamente la tasa de flujo y el suministro, al igual que la temperatura en uso de BTU o TONN para que los operadores sean capaces de controlar atentamente el funcionamiento del sistema. Cada una de las tecnologías que se recomienda a continuación ofrece sus propios beneficios únicos para lograr exactamente eso.
Los medidores ultrasónicos son una solución líder gracias a su diseño no intrusivo y exactitud incomparable. Por ejemplo, el medidor de flujo ultrasónico de pinza Dynasonics® TFX-5000 se sujeta como una pinza al exterior de la tubería y usa tecnología de tiempo de tránsito para medir el flujo con un rango de precisión de ±0,5%. Lo mejor de todo es que es posible instalar este medidor sin interrumpir la operación o cortar la tubería, dos tareas que son costosas y requieren mucho tiempo.
Los medidores de flujo electromagnéticos, a los que también se los conoce como medidores mag o medidores magnéticos, son medidores de flujo volumétrico sin partes móviles. Son ideales para aplicaciones de HVAC o aquellas donde hay líquido sucio conductivo o a base de agua. Nuestro medidor de flujo electromagnético ModMAG® M2000 es una opción superior, con un diseño avanzado y fácil de usar que mide el flujo con mayor velocidad y precisión que otras opciones, arrojando precisiones de ±0,2%.
Los sensores de flujo Impeller en línea o de inserción se instalan en la tubería por medio de un pequeño orificio. El diseño del impulsor de cuatro aspas del medidor mide la velocidad del flujo que pasa por él. Nuestro sensor de flujo de la serie SDI de Impeller se presenta en un paquete fácil de instalar y arroja datos con ±1,0% de precisión. Los beneficios adicionales incluyen que es resistente, no contamina y no requiere calibración personalizada.
Es posible combinar cada una de las tecnologías de medidor que se describieron con nuestra computadora de flujo FC-5000 BTU para proveer datos granulares que están diseñados específicamente para operaciones de control. Combine el FC-5000 con una entrada de medidor de flujo y dos temperaturas (suministro y retorno) para obtener los cálculos de uso de BTU, que indican cómo se utilizan los recursos.
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