Los nuevos patrones climáticos que causan daños y trastornos significativos en todo el país se han vuelto más comunes y no muestran signos de desaceleración. Por ello, muchas empresas de servicios públicos de agua están mejorando su resiliencia para poder prestar un servicio adecuado a sus comunidades y cumplir los nuevos requisitos normativos.
Un mandato notable es la Ley de Infraestructura del Agua de los Estados Unidos de 2018. Requiere que los sistemas municipales de agua que sirven a más de 3300 personas desarrollen o actualicen sus evaluaciones de riesgo y planes de respuesta de emergencia para incluir medidas sólidas de resiliencia.
Los sistemas de Infraestructura de medición avanzada (AMI) celulares son una estrategia clave para que los servicios públicos aumenten la resiliencia.
Los sistemas de AMI se crearon inicialmente para ayudar a las empresas de servicios públicos a mejorar sus operaciones. Proporcionan datos de lectura adicionales que pueden combinarse con otros datos del sistema para monitorear los sistemas de distribución en busca de problemas de seguridad y servicio, como la contaminación cruzada y las fugas para ayudar a las empresas de servicios públicos a identificar posibles áreas problemáticas. El inconveniente es que los primeros sistemas de AMI se apoyan en una red de comunicación fija y propia que los ayuntamientos u otros terceros deben instalar y gestionar. Estas redes suelen tener una prioridad menor a la hora de restaurarlas y son propensas a estar fuera de servicio durante días, o incluso semanas, después de una tormenta severa o un desastre natural.
Como evolución de los primeros sistemas de AMI, los municipios pueden sustituir un sistema de red fija por un sistema Red celular como servicio (NaaS) o seleccionar un sistema NaaS celular para un despliegue inicial de AMI como un paso práctico hacia el cumplimiento y la resiliencia. La fiabilidad del servicio celular puede ayudar a las empresas de servicios públicos de agua a evitar problemas importantes y a recuperarse rápidamente de la pérdida de conectividad durante fenómenos meteorológicos extraordinarios.
La visibilidad ininterrumpida es clave con los sistemas de AMI
Cuando un sistema de AMI de red fija tradicional se cae, es necesario el mantenimiento. Si la empresa de servicios públicos es la propietaria y operadora de la infraestructura de comunicaciones, tiene que destinar una cantidad significativa de sus recursos para volver a ponerlo en funcionamiento. En otros casos, cuando interviene una empresa de mantenimiento externa, la empresa debe esperar hasta que los recursos estén disponibles para restablecer la red. En cualquiera de los dos casos, la visibilidad total de la red de distribución desaparece y, como resultado, el tiempo empleado en restablecer las comunicaciones puede retrasar la respuesta a los problemas que afectan a la calidad del agua y al servicio a los clientes.
En comparación, un sistema NaaS basado en la red celular cuenta con equipos profesionales especializados en todo el país que trabajan para mantener la red operativa. Estos esfuerzos se intensifican durante las crisis para restablecer el servicio lo antes posible. Si es necesario, los proveedores de tecnología celular llevan torres temporales a las zonas con cortes para restablecer la conectividad de la red mientras se realizan reparaciones en las estructuras permanentes.
Los medidores de flujo avanzados, que funcionan con baterías y transmiten señales a través de redes celulares, permiten el monitoreo remoto de los sistemas de distribución. Cuando esos medidores incluyen también lecturas de temperatura y presión, además de los valores de caudal de 15 minutos, los gestores del agua obtienen una información importante sobre los problemas del sistema que deben abordarse durante una crisis para evitar que llegue agua de calidad inferior a los clientes.
Un contraste real entre las redes fijas tradicionales y las de red celular de AMI
Los inconvenientes de las redes fijas tradicionales ya han empezado a afectar a las operaciones de agua. Un municipio de la costa este, por ejemplo, operaba con una combinación de sistemas de AMI fijos tradicionales mientras realizaba la transición a un AMI respaldado por tecnología celular. Cuando el huracán Sandy golpeó en 2012, el sistema de agua de la empresa se vio afectado directamente. Las zonas cubiertas por las puertas de enlace de la red fija tradicional se quedaron a oscuras durante un periodo de tiempo considerable, por lo que los gestores perdieron toda la visibilidad de esas zonas, pero las zonas cubiertas por las soluciones celulares permanecieron en línea. Una vez que la empresa se recuperó de la tormenta, sustituyó los sistemas de AMI de red fija por soluciones celulares.
La creación o actualización de los planes de respuesta a emergencias puede ser un proceso laborioso para los municipios, por lo que cualquier cosa que se pueda hacer para abordar el tema general de la preparación es de gran ayuda. El uso de la tecnología de AMI celular es una gran solución.
Cuando se invierte en una solución de AMI, es importante lanzar una campaña de educación pública para destacar los beneficios directamente al cliente. El peligro de no hacerlo es que el proyecto podría percibirse como un despilfarro de dinero o una forma de aumentar las tarifas, en lugar de un auténtico esfuerzo por promover la seguridad y aumentar el nivel de servicio al cliente.
Al seleccionar las comunicaciones celulares como eje central de sus sistemas de AMI, las empresas de servicios públicos ahora pueden beneficiarse del tiempo de actividad y la resiliencia inigualables de las redes nacionales para mantener sus operaciones seguras y protegidas.
